Es muy importante entrenar esta habilidad y aprender a perder el miedo a tener conversaciones difíciles.

Conversaciones difíciles nos ayudan a conseguir lo que queremos.

Ejemplos de «conversaciones difíciles» pueden ser:

1.- Decirle a tu pareja que te falta «algo» en la relación y no eres feliz, y pedirle algunos cambios.

2.- Despedir a alguien: a veces no despedimos a una persona durante 2 o 3 meses por qué nos da «cosa» tener esa conversación y lo vamos postergando, con el coste que eso representa.

3.- Decirle a un amigo que no le podrás ayudar con un tema que te ha pedido.

4.- Decirle a un socio que quieres firmar un acuerdo de socios diferente, con unas cláusulas que sabes que no le van a gustar pero que son importantes para ti, y son justas.

Estos son algunos ejemplos. Seguro has vivido muchas situaciones en las que sabes que tienes que enfrentarte a una conversación difícil, y se te pone el estómago del revés.

Es normal sentir ansiedad o temor ante una conversación difícil. La clave está en aprender a gestionar esas emociones para que no te paralicen.

Aquí tienes algunas estrategias para pasar a la acción:

1.- Preparación: Organiza tus ideas, el objetivo de lo que quieres con esa conversación. Y anticipa posibles preguntas y respuestas.

2.- Practica la Empatía: Esto siempre. Intenta ver las cosas desde el punto de vista del otro, y entiende qué es importante para el otro, como ve los pros y contras, etc. Esto te servirá para abordar los puntos de una forma más comprensiva y justa. Y, por lo tanto, convencer mejor a la otra persona.

3.- No ataques al otro: No ataques con críticas hacia la persona. Aprende a articular tus argumentos y enfocarte en las acciones, consecuencias o cómo te hace sentir algo. Pero nunca ataques directamente a la persona o su carácter. Es decir, no digas «eres muy despistado», di «los tiempos de las tareas no se están cumpliendo».

4.- Cuida tu tono, y no dejes que suba durante la conversación. Mantén siempre el control, siempre relajado. Que la otra persona no vea que tienes miedo, frustración o enfado. El que pierde el control, pierde.

Ten un objetivo y busca soluciones.

No dejes que se desvíen del tema o el objetivo. No dejes que pongan excusas o tiren pelotas fuera. Mantén el control de la conversación hacia la búsqueda de soluciones, y a conseguir el objetivo.

Busca el momento adecuado, aunque no haya un «momento ideal» para eso. Y si en ese momento estás muy «en caliente» espera un poco. Y reflexiona.

¿Te paralizas con conversaciones difíciles?

Espero que esto te haya animado y hayas visto lo importante que es 🙂

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Hola que tal, soy perezoso el asistente virtual del Grupo Marketing Digital JCM